Descripción
La máquina del sophitiempo
Hola ya me conocen, soy Sophia y si no me conocen… también soy Sophia. Aunque si no me conocen, bien podría hacerme pasar por otra, pero siendo Sophia ¿por quién quisiera hacerme pasar?
Ok, si es la primera vez que leen mis intrépidas y magnificas aventuras les contaré un poco sobre mí, soy una chica buena y amable, se podría decir que soy buenable. Todo el mundo me ama, no los culpo por sentir este cariño inmenso por mí, es que soy tan humilde y bondadosa, además de responsable y seria, nunca haría nada que pusiera en riesgo la integridad de otro ser humano, es que adoro tanto a los pobres y a los negritos como a cualquier criatura de este mundo lleno de amor y felicidad. Si hay algo que me entristece son las personas superficiales que están pendientes de las modas, la ropa de marca, los zapatos y las redes sociales, para mí esas son cosas que no tienen importancia. Pero creo que mi principal virtud es que siempre perdono, las personas que solo viven pensando en la venganza es porque no han encontrado la paz interior y el amor por el prójimo, me dan mucha pena y quisiera poder ayudar a esa gente vengativa y rencorosa a que encuentren más amor, ternura y pensamientos felices en sus vidas.
Ositos, cachorritos y caritas sonrientes para todxs.
Lxs ama, Sophia ❤
Ahora que ya saben quién soy, empecemos:
La azafata me puso la mano en el hombro. ¿Cómo se atrevió esa idiota empleada infeliz a tocar mi maravilloso hombro dibujado y contorneado por los ejercicios de crossfit? No lo sé, estas extranjeras están totalmente desubicadas.
—Abróchese el cinturón, estamos por atravesar una turbulencia.
Me había quedado maravillosamente dormida y no escuché el anuncio.
—Yo no muero, así que no te preocupes por mí, mejor revisa al resto de los simples mortales —me puse de pie.
—Señorita por favor tome asiento y abróchese el cinturón —volvió a advertirme la muy molesta.
—¡Atención pasajeros idiotas! —Dije en voz alta— este avión va a estrellarse y todos van a morir, sí lo siento, pero es un alivio para sus patéticas vidas, digo ¿qué sentido puede tener vivir sin ser yo? Pero no quiero que entren en pánico, quédense tranquilos que yo seré la única sobreviviente, así que no se alarmen que la humanidad no se privará de mi fantástica presencia.
El avión comenzó a agitarse, parecía que iba a caer, de pronto miré por la ventanilla, una aureola de colores estaba por engullirnos, todo indicaba que se trataba de un agujero negro que nos transportaría al pasado.
De repente desperté en mi cama.
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